Nació en Rosario y al poco tiempo se fue a vivir a Córdoba. Era un
apasionado por el rugby y un entusiasta jugador de fútbol. Arquero por conveniencia más que por vocación, quiso diferenciarse de sus amigos y eligió a un equipo que representara a su ciudad; Rosario Central. Conocé el lado futbolero y “canalla” del Che.
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El Che en Cuba antes de un "picadito". |
Mucho se ha escrito sobre la vida del Ernesto
Guevara. Sus proezas a lo largo y a lo ancho del continente y sus convicciones revolucionarias. La relación con Fidel Castro, la Revolución cubana o su lucha contra las ideas norteamericanas. Es más, también
se ha escrito sobre su pasión por el rugby, deporte en el cual tuvo una
destacable labor. Pero poco se sabe ciertamente sobre su relación con el
fútbol. Hay quienes lo vinculan con Rosario Central u otros equipos, pero desde
un lado más fetichista y con cierta frivolidad. Sin mucha investigación del
caso, el hincha lo pinta en su bandera o su muro con la camiseta que más le
conviene. Como motivo de orgullo, muchos buscan tener “en su equipo” a un
personaje como él. Pero lo cierto que el Che se hizo hincha del fútbol y de
Rosario Central más por interés que por pasión.
Algunas crónicas de la época
cuentan que viviendo en Córdoba todos sus amigos eran de River y de Boca. Las
preferencias dominantes no le gustaban y por eso se vio en la necesidad de
buscar otro club. Una teoría sostiene que se hizo hincha de Central porque era “el equipo del pueblo” de su ciudad natal.
Otros aseguran que empezó a buscar un equipo que represente al lugar donde
nació. En el nombre Rosario Central quedaba bien explícita la ciudad de dónde provenía,
y cuando le preguntaran de donde era, podía decir con sumo orgullo: “Soy de Rosario, de Rosario Central”.
Al pasar el tiempo su adhesión por el club fue
cada vez mayor. Los días de partido trataba de averiguar, a como de lugar, el
resultado del partido y las crónicas del mismo.
Además, en el conjunto Canalla
jugaba uno de sus ídolos deportivos; Ernesto el chueco García, puntero izquierdo quien, años después, sería
figura de Racing. No obstante y paradójicamente, Guevara nunca fue a ver a
Rosario Central a la cancha.
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Mural de los hinchas de Rosario Central con su cara. |
En lo que respecta a su
labor futbolística no era más que un aficionado, un jugador tenaz, sin mucho
lirismo pero con cierta hidalguía. Su problema de asma lo imposibilitó como
jugador de campo y tuvo que recaer en el puesto de arquero que le exigía menos
movilidad. Años más tarde formó un equipo en Alta Gracia en donde su actuación bajo
los tres palos fue destacable. En uno de sus reportajes, Alberto Granado -compañero
de andanzas de Guevara- manifestó que en los viajes al Norte, ellos jugaban al
fútbol y que el Che se dejaba ver como un arquero “firme, mandón y con
personalidad”. Su carrera política, su trabajo en la medicina, sus roles de
comandante y de periodista/escritor, lo fueron separando de a poco de su relación
con el fútbol.
Es casi una obviedad
afirmar que su vínculo con la pelota no es lo que más se destaca en su trayectoria.
Pero desde este espacio te mostramos, con una perspectiva diferente , la otra
visión de una personalidad tan mitificada: el lado futbolero de uno de los
personajes más emblemáticos del Siglo XX.
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