En el
día de ayer, Temperley logró su tercer ascenso a la máxima categoría de nuestro fútbol.
Su historia está compuesta de increíbles vaivenes y realidades disímiles en
cortos periodos de años. Dueño de campañas elogiosas, tuvo que cerrar sus puertas
en 1991 debido a la quiebra que luego lo obligó a participar en la Primera C.
Los socios e hinchas, pilares en la refundación del club, hoy festejan el
regreso a Primera después de 27 años.
Pita el
árbitro. Desborda la emoción en los hinchas, jugadores y cuerpo técnico Celeste.
Caen lágrimas de emoción. Los jugadores, víctimas del arrebato de sus
indumentarias, dan un especie de semivuelta
olímpica en cuero que no es tal. Es ahí,
cuando la cámara de la transmisión enfoca a un hombre entrado en años, de esos
que peinan canas y recitan de pe a pa
formaciones de equipos históricos. Está conmovido, emocionado, con los ojos
llenos de lágrimas. Quizás haya algo más para ese señor que un ascenso a
primera. Seguramente atrás quedaron historias adversas, descensos a categorías
impensadas, una quiebra que lo dejó de rodillas y una refundación impulsada a
pulmón por los propios socios. Trataremos de entender lo que sentía toda esa gente
que ayer volvió a festejar el regreso a Primera después de 27 años.
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Ascenso en 1974
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Los jugadores del Cele y su primer ascenso en 1974 |
Ascenso en 1982
El regreso
triunfal a la cúspide de nuestro fútbol se dio ocho años después. En aquel
certamen se dieron ciertas modificaciones estructurales. Lo integraron 22
equipos divididos en dos zonas de once cada una y con dos ascensos disponibles.
El primero de ellos se lo adjudicó San Lorenzo de manera holgada. Entonces,
había que jugar un octogonal para dirimir quien se quedaría con el segundo.
Temperley contaba con un equipo de jóvenes provenientes de la cantera. A ellos
se sumaban la sapiencia de gente con suma experiencia y un gran entrenador que
comenzaba a hacer sus primeras armas en el banco como Carlos Pachamé. El
ansiado regreso a Primera se dio después de una interminable definición por
penales contra Atlanta en cancha de Huracán. Fue 13 a 12 y ¡Ascenso para
Temperley!
Los Gasoleros
Temperley
se ganó dicho apodo por la gran campaña del ascenso en 1974, cuando pudo llegar
a la Primera con un equipo armado con exiguo presupuesto. Hizo honor del
sobrenombre en 1883, realizando una campaña memorable, también con una escasa
inversión, manteniendo el mismo plantel que venía de la segunda división. Los
del sur fueron eliminados por Estudiantes en semifinales del Nacional. Una
proeza para la entidad.
Quiebra y crisis institucional
El 28 de
agosto de 1989, Temperley se declaró en quiebra, y dos años después, un fallo
judicial dispuso que la institución debía cerrar sus puertas con el cese de
todas las actividades sociales. Como el club no podía enfrentar sus gastos, sus
bienes deberían ser rematados y el plantel profesional quedar en libertad de acción.
Pero la suma de voluntades de los socios (algunos poniendo hasta sus propias
casa de garantía), más la colaboración oportuna de los vecinos del barrio, se
unieron por una causa: refundar un club caído a pedazos.
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El acta que constata la quiebra del club |
Entre 1995
y 1997, los celestes llegaron hasta la Primera B Nacional. Lo que tan solo duró
un suspiro, ya que en 1998 volvió a caer a la tercer categoría del fútbol
argentino haciendo la peor campaña de su historia.
Con el ascenso sentenciado
ayer, se escribió una página en la historia grande del club sureño. Será el
lunes 24 de noviembre de 2014 el día que
recuerden hasta el hartazgo aquellos hinchas que, alguna vez, salvaron a un
club que estaba en el abismo. Y claro, también lo será para aquel hombre de
estética setentona quien dejaba caer alguna lágrima luego del pitazo final ¡La Primera división los espera con los brazos abiertos luego
de 27 años!
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