miércoles, 31 de diciembre de 2014

Cuando el fútbol calmó la guerra


El 24 y 25 de diciembre de 1914, durante la Primer Guerra Mundial, los soldados ingleses y alemanes se atrevieron a hacer un breve armisticio y festejar la navidad juntos. Esos soldados que horas antes se aniquilaban de la manera más atroz, se juntaron aquella nochebuena para brindar y hasta ¡jugaron un partido de fútbol! Se cumplieron cien años de la tan conocida Tregua de Navidad. Fue el día en que la humanidad y el fútbol le ganaron por goleada a la guerra.

El diario The Daily Mirror y las noticias de aquella tregua.
Que “el fútbol nos une” es una de las frases más repetidas por quienes vivimos y sentimos tan de cerca este hermoso juego. Pero sería pertinente preguntarnos, ¿Qué tan de cierto hay en esta intrépida afirmación? ¿Es solo una frase de cliché sin pruebas ni sustentos, o realmente creemos en la magnitud del significado de la misma? ¿Podemos pensar en que una simple pelota de cuero pueda dejar, al menos por un rato, las diferencias y el odio a un costado? Esta nota tiene parte de esa respuesta.
Hace exactamente un siglo se llevaba a cabo una de los acontecimientos más nefastos de la historia de la humanidad. En territorio europeo se desarrollaba la Primer Guerra Mundial. El acontecimiento bélico, que dejó más  de 9 millones de muertos, también tuvo su pequeña tregua. El 24 y 25 de diciembre de 1914, luego de meses de fuego, heridos y muertos, la paz se apoderó del campo de batalla, al menos por un instante.
En Ypres (Bèlgica), las tropas de la Triple Alianza y la Triple Entente se masacraban sin piedad hasta que en las trincheras alemanas, decidieron cambiar el ruido de las balas por canciones y adornos navideños. Al ver esto, dada la cercanía de las mismas, no tardó en llegar la respuesta de los ingleses y franceses (aliados frente al enemigo en común), quienes se sumaron con sus cantos a la tregua. Fue entonces que por mensajes se desearon una feliz navidad. Además, esos hombres que horas antes se estaban asesinando con la más pavorosa crueldad, eligieron pasar la navidad unidos. Así fue que compartieron aquel momento con comida y bebidas de por medio.
El hermoso gesto tuvo su punto cúlmine cuando disputaron, en pleno campo de batalla, un partido de fútbol. Los soldados se aislaron de sus armas y dejaron correr la pelota por sobre el sangriento terreno. Crónicas de la época afirman que el partido terminó 3 a 2 para los alemanes. Lo importante, está más que claro, no fue el resultado.
Enterados de esto, los jefes de ambos ejércitos, no pudieron soportar la confraternidad con el enemigo y ordenaron cuanto antes retomar la postura de guerra. A la mañana siguiente la paz se fugó y las armas volvieron a cargarse de muerte. Aunque nada pudo tapar tanto dolor, aquella jornada, es recordada cien años después, por ser el día en que la fraternidad derrotó a la obediencia debida. El fútbol se hizo presente para olvidar, por un rato, tanta crueldad. 

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