lunes, 21 de mayo de 2018

Maradona también quedó afuera de la lista



El frío impiadoso que revestía aquel  19 de mayo de 1978 castigaba a cada uno de los 25 jugadores que entrenaban con la Selección de Cesar Luis Menotti. Un viernes gélido de mucho trabajo en campo: ejercicios físicos y con pelota. Aunque el entrenamiento se desarrolló de manera natural, no fue un día más: era la antesala a la lista de los jugadores para el Mundial de 1978. En el lugar se respiraba olor a tristeza y desconsuelo.  
La tarde comenzaba a despedirse y allí fue cuando el Flaco decidió acabar con la incertidumbre y dar la noticia. Terminada la práctica y sentado sobre la pelota, miró a cada uno de los 25 futbolistas a los ojos y les dio la noticia a tres de ellos que su sueño mundialista terminaba en ese momento (por entonces eran 22 jugadores los que conformaban la lista). Los nombres  fueron: Bottaniz, Bravo y Maradona.
Aquel joven zurdito de tan solo 17 años, de melena profusa y habilidad descollante, sufriría una de sus decepciones más grandes de su vida. El pibe Maradona se quedaría sin Mundial. Una noticia difícil de digerir e imposible de aceptar.
Allí fue que aparecieron compañeros y referentes para darle una palmada en el hombro, un abrazo de contención o unas palabras de aliento. Leopoldo Jacinto Luque fue uno de los primeros que se acercó. “Mirá, nene. Quedate tranquilo que vas a jugar 3 ó 4 Mundiales. Yo sí me tendría que pegar un tiro si quedaba afuera, a vos te queda mucho por delante", lo consoló.
Quienes compartieron con el 10 aquella concentración coinciden en el recuerdo. Diego tenía la mirada perdida. Cabizbajo, su vista no podía levantar vuelvo y la tristeza, que no le cabía en su cuerpo, se exteriorizaba por los pasillos del hotel como una onda expansiva que se llevaba por delante todo lo que estuviera a su paso.
Entrada la noche, Enrique Omar Sívori se encontró a Diego oficina del 3° piso de la Editorial Atlántida. ¿Cuál fue el motivo? Sívori, una voz más autorizada para hablarle a “Dieguito” sobre los sinsabores y el éxito que le esperaba en el duro camino del fútbol, quería arroparlo con toda su experiencia y sabiduría.
Sin embargo, nada fue consuelo para el joven Maradona. "Oiga Maestro (dirigiendóse respetuosamente a Sivori), creáme que yo estoy para jugar un Mundial, sería muy feliz y haría más felices a mis viejos si el Flaco me hubiese puesto en la lista. Además –agregaba Maradona – yo no digo que me ponga de entrada ¿vio?, pero de a ratitos yo le hubiera sido útil al equipo, le digo lo que siento Don Sivori…".
Si bien el inconsciente futbolero cree que a Diego le cortaron las piernas en el Mundial de 1994, aquel desenlace en Estados Unidos fue la remake de lo vivido 16 años antes cuando Menotti le dijo que no sería parte del Mundial 1978. Como alguna vez confesó el  propio Maradona, ese dolor fue el combustible para una maquinaria que, a partir de allí, arrancó y no se detuvo más. 



sábado, 6 de enero de 2018

Cuciuffo, la historia de un campeón del mundo con un trágico final

Aunque arrancó como suplente en el Mundial de México, a fuerza de entrega y sacrificio terminó siendo una pieza importante en el equipo de Bilardo que se consagró campeón del Mundo en 1986. En 2004, una maniobra desafortunada con su camioneta le hizo perder la vida de la manera más absurda.


La risa fácil, su gran sentido del humor, una tenacidad y profesionalismo envidiable son las características que más rápido se vienen a la memoria de aquellos que transitaron de cerca la vida con José Luis Cuciuffo. En 1980, aquel joven de apellido caricaturesco, que le valió más de una nota en la revista Humor, comenzaba a ganarse un nombre en la historia del fútbol argentino.

Surgido en Huracán del barrio La france de Córdoba, debutó en la primera de Chaco for Ever, luego de ser cedido por Talleres. Allí sus destacadas actuaciones, hicieron que la dirigencia de la T lo volviera a contratar. En 1981 tuvo una destacada actuación en un equipo cordobés que contaba con figuras como Luis Galván, José Daniel Valencia, Miguel Ángel Oviedo y José Omar Pepona Reinaldi.

Al año siguiente, la dirigencia de Vélez posó sus ojos sobre Cuchu y lo contrató. En el conjunto velezano jugó  entre 1982 y 1987 un total de 185 partidos, marcando 8 goles. Su gran performance permitió, nada más ni nada menos, que Carlos Salvador Bilardo lo convocara al Mundial de 1986, en donde pudo materializar el sueño más grande en la carrera de cualquier futbolista: ser campeón del Mundo.


Ya habiendo levantado la Copa del Mundo, Boca Juniors fue la siguiente escala de Cuciuffo. En el club de la Rivera estuvo tres temporadas, en las que consiguió la Recopa 1989 y Supercopa 1990. Aunque no fue el único grato recuerdo con la azul y amarilla: el 6 de septiembre de 1989 marcó el 1 a 0 definitivo para darle la victoria al Xeneize en el  Superclásico.


Con varios títulos en su haber, a Cuchu le había llegado la hora de probar suerte en el fútbol europeo. Y hacia allá fue. La Liga francesa lo cobijo. Jugó en el Nîmes Olympique y en el Stade de Reims, convirtiendo 8 goles en 94 partidos.  

En la recta final de su recorrido como jugador, Cuchu retornó a su Córdoba natal aunque esta vez no a Barrio Jardín. Se pudo dar el gusto de vestir la camiseta del club de sus amores: Belgrano. En el Pirata tan sólo jugó 14 partidos debido a que una operación de meniscos le puso punto final a su carrera como futbolista.

EL MUNDIAL

José Luis Cuciuffo fue citado por Carlos Salvador Bilardo para jugar el Mundial de México 1986 por su destacada actuación como marcador central en Vélez Sarsfield. Sin embargo, llegó a tierras aztecas siendo una alternativa y no dentro del esquema titular. Cuchu fue ganándose su lugar entre los once con el transcurrir del torneo. En los primeros partidos, frente a Corea del Sur e Italia, el defensor cordobés no jugó ni un minuto. No obstante, en el tercer partido, en la victoria 2 a 0 frente a los búlgaros, Cuciuffo entró en el equipo titular como stopper y nunca más salió. Terminó jugando 5 de los 7 partidos que disputó Argentina y fue pieza importante en la consolidación del equipo campeón. Es más, las crónicas deportivas de la final frente a Alemania lo destacan por su gran actuación.

UN DESENLACE FATAL

Aquel sábado 11 de diciembre de 2004 el destino hizo su jugada más impiadosa. Cuciuffo, había ido a cazar (una de sus pasiones) a Bahía San Blas, a unos 80 kilómetros de Carmen de Patagones, en el sur de la Provincia de Buenos Aires. Cerca de las 19.30 tuvo lugar el absurdo accidente. Cuchu estaba manejando su Chevrolet Blazer con la compañía de su amigo Oscar Alberto Beltramo cuando pisó una vizcachera, lo que provocó un brusco movimiento de la camioneta y que su carabina calibre 22, que llevaba apoyada entre sus piernas y con el cañón apuntando a su humanidad, se disparara. La bala ingresó por el abdomen y destruyó su hígado. Aunque se trató de compensarlo en un primer momento por la gran pérdida de sangre, no hubo mucho más que hacer. Mientras era trasladado al Hospital de Carmen de Patagones, el ex Boca falleció.

Tres días después, una multitud se acercó para despedir sus restos en el barrio cordobés del Cerro de Las Rosas. "Era alguien que siempre tenía una sonrisa en la boca y todo el humor cordobés", lo describió a la perfección Sergio Batista, su compañero de selección. Y de esa forma es como lo recuerdan todos aquellos que lo conocieron. 

miércoles, 2 de agosto de 2017

Se terminan en la cancha


Luego del polémico fallo de la AFA, Riestra y Comunicaciones deberán completar este jueves los 5 minutos restantes para definir quién subirá a la Primera B Nacional. Nada nuevo bajo el sol. En 1946, Newell’s y San Lorenzo disputaron un mini partido de ¡70 segundos!

No será el primer antecedente en el fútbol argentino que un encuentro se reanuda por tan poco tiempo. La AFA se eroga el derecho de reanudar los partidos basándose en el argumento de que “deben definirse en la cancha”, independientemente de los minutos que falten. Y el encuentro entre Riestra y Comunicaciones no será la excepción, más allá del cambio de mando en la Asociación del Fútbol Argentino.

Un partido de 70 segundos

El 27 de octubre de 1946, Newells´recibía a San Lorenzo en el Parque Independencia. El conjunto de Boedo, que luego se consagraría campeón en de ese torneo gracias a su poderío ofensivo, se fue en al entretiempo ganando por 2 a 0, con goles de Pontoni y Silva. Los rosarinos lograron empatar en el complemento con 2 goles de Runzer.
Todo transitaba con total normalidad hasta el minuto 88 cuando el árbitro Osvaldo Cossio anuló el tercer gol de los locales. En medio de las protestas, San Lorenzo emprendió un mortífero contraataque que termino con un centro mal rechazado por Cayetano Nieres, defensor de Newell’s, con destino final en su propio arco.
Fue allí que el caos se apoderó del estadio. Los enardecidos hinchas lograron ingresar al campo de juego para ajusticiar al pobre de Cossio y a los jugadores visitantes.  El juez, astuto, logró escapar por un agujero que había en el alambrado y salió corriendo hacía el Parque Independencia con decenas de hinchas detrás quienes minutos después lograron interceptarlo y propiciarle una feroz paliza. Los simpatizantes armaron una horca improvisada con cinturones para colgar al referí de un árbol. Por suerte para Cossio, tres soldados que llegaron al lugar lograron dispersar a los hinchas. El juez debió ser internado en el Sanatorio Británico de Rosario en donde debió permanecer durante algunos días. Lo insólito fue que, luego de recibir el alta, el árbitro debió escaparse en el baúl de un auto ya que un puñado de hinchas insatisfechos aun lo aguardaban fuera de la clínica.
Pero la consecución de hechos insólitos continuó cuando la AFA decidió jugar los restantes ¡70 segundos! La entidad madre del fútbol argentino, presionada por los intereses de Boca –escolta de San Lorenzo- dio por válido el pedido del conjunto Xeneize.
El 11 de noviembre se completó el mini partido en la cancha de Ferro con 2 mil personas que quisieron ver el escuetísimo partido. Obviamente, el resultado no se modificó y los de Boedo mantuvieron la ventaja. Según las crónicas de la época, los equipos no lograron llegar a pisar el área rival.

La AFA y su particular modo de proceder tienen antecedentes variados de partidos reanudados por 5, 6 y 11 minutos. No obstante, el más inverosímil se dio en aquel 1946. Más de medio siglo después, poco parece haber cambiado al respecto.

martes, 7 de marzo de 2017

El fútbol en colores



Violeta, verde, amarillo, naranja, rosas…No se trata de una fiel descripción de las típicas casas que descansan a la rivera del Riachuelo en el cálido barrio de La Boca. Ni retrata las tonalidades de la paleta con la cual el pintor se gana el mango día tras día. La cuestión no es tan romántica sino que tiene justificaciones más mercantilistas. Hoy la policromía de las vidrieras de las casas de deportes exponen lo que las  marcas hace años vienen sosteniendo: ponerse a tono con la magnitud de los espectáculos deportivos y jugar su propio campeonato del marketing.
El boom de los botines de colores en el fútbol es un fenómeno propio del nuevo milenio. Desde que el fútbol se volcó a las masas, allá por fines del siglo XIX y principios del siglo XX, sus componentes fueron mutando: los torneos, las camisetas, los estadios y hasta las reglas. Lo que se había mantenido intacto hasta entonces había sido el color de los botines. El calzado fue monocromático, solo de color negro. Ese mismo negro que hoy cuesta encontrar en los pies de algún futbolista que deambula por el verde césped.
En 1996 la marca española Joma revolucionó el mercado al introducir una nueva tonalidad en los botines. “El color en el fútbol” fue el nombre de la campaña ideada por Fructuoso López, dueño de la firma.  Nada de flúo, ni fucsias: el primer calzado de color fue blanco. El ambicioso proyecto, en sus primeros momentos, recibió más críticas que aplausos. Los sectores más tradicionales del mundo del fútbol miraban con recelo el osado proyecto, sosteniendo que se acercaba más a unos zapatos de bailarinas de danzas que de futbolistas.
No obstante, lejos de caducar en su intento, López, como buen empresario y viejo conocedor del rubro, redobló la apuesta: consiguió que dos figuras de la selección de España usaran las botas que su empresa había diseñado. Alfonso Pérez, jugador del Betis, se calzó los blancos y Fernando Morientes, del Real Madrid, hizo lo propio con los rojos. Aunque Joma había dado el punta pie inicial, el negro aún seguía predominando en los calzados de fútbol.

Las grandes marcas, tras los pasos de Joma en la “moda arcoíris”
Si bien existían otras marcas importantes (Puma, Le Coq Sportif ), a finales de los noventa, Adidas dominaba el mercado de la indumentaria del futbol. Pero fue allí que a la legendaria firma alemana le iba a salir un feroz competidor, con el que debería repartir la torta de ingresos y luchar codo a codo por ver quién sería la marca número uno del planeta. Nike se posicionó como el rival a vencer por Adidas. Tanto las grandes como las medianas empresas deportivas, apoyadas en el desarrollo tecnológico, necesitaron seguir los pasos de Joma para no quedar atrás de sus competidoras.
La aceptación en el público fue aumentando considerablemente y las marcas empezaron a pagar suculentos contratos a sus máximas figuras para promocionar sus productos. Nike, con el gordo Ronaldo a la cabeza, lanzaron los Mercurial azules cromados para el Mundial de Francia 1998. Casi al mismo tiempo, Adidas no quiso ser menos y diseñó los Predators blancos con detalles rojos que llegaron al mercado con la imagen de David Beckham.
Ya a principio del siglo XXI el aluvión de botines coloridos fue mayor y fueron variando las tonalidades con mayor frecuencia. Gerardo Molina, experto en marketing deportivo de la consultora Euroméricas Sport Marketing sostiene que “ya no hay botines negros porque representan lo uniforme, lo popular y lo antiguo. Y eso vende menos que lo distinto. Por eso, las marcas los lanzan cada vez más diferenciados y personalizados. Hoy los botines son también objetos de moda y de glamour”.
Como el Quijote luchando contra los molinos de viento, la dirigencia del Manchester City decidió, hace un tiempo hasta acá, darle batalla a la moda: el conjunto inglés prohibió que los chicos de sus divisiones menores usen botines de colores.  El jefe de la Academia Citizen, Jason Wilcox, señaló que esta medida ayudará a crear jóvenes más humildes. "Queremos que la gente pueda representar a Manchester City de la manera correcta. No hay nada peor para mí que para ver a un futbolista de alto perfil, que no tiene modales o el respeto a otras personas", sentenció.
Los botines, resistentes al cambio durante mucho tiempo, fueron vencidos, convirtiéndose en objetos camaleónicos víctimas de la voracidad del marketing. En los estadios, en las casas de deporte y en potreros; desde Cristiano Ronaldo y Messi hasta el grupo más amateur de amigos; desde el habilidoso número diez hasta el más patadura del equipo. El fútbol vive una invasión multicolor en donde, cada tanto, el negro pide permiso. 

miércoles, 1 de febrero de 2017

Cuando lo absurdo es la norma

Luego del Mundial de Sudáfrica 2010, el gobierno norcoreano expuso a un increíble castigo a sus jugadores por "defraudar la confianza del líder". Por aquellas latitudes el fútbol es rehén de las embestidas del poder.




Todo es paradójico en la República Popular Democrática de Corea o comúnmente conocida como Corea del Norte. Parte de su nombre oficial (“Democrática”) poco tiene que ver con la realidad de un país en donde más de 80 mil presos políticos sufren a diario inadmisibles atropellos en los campos de concentración. Las libertades políticas e individuales son concebidas como piezas del relato capitalista occidental que buscan socavar las altas esferas del poder político. La vida de los norcoreanos es manejada por un despotismo sustentado, en gran parte, por la formidable propaganda estatal. Lógicamente, su selección de fútbol no es ajena a una sociedad que habita en la opacidad, la beligerancia, y que hace del culto al líder, su forma de vida
El fútbol en Corea del Norte responde a las políticas de hermetismo que baja su el gobierno: todo es puertas adentro. Los clubes y la liga son patrimonios del estado. Los equipos norcoreanos no compiten en torneos internacionales y sus jugadores, salvo contadas excepciones, tienen prohibido abandonar su tierra para progresar deportivamente. Y si así lo hiciesen, el régimen los obliga a girar el 70 por ciento de su sueldo y les retiene documentación privada.

Mundial 2010


Uno de los momentos más inverosímiles se vivió hace 7 años. El conjunto nacional coreano, después de 44 años, logró clasificarse al Mundial de Sudáfrica aunque la performance en la copa no fue la mejor: perdió 1-2, 0-7 y 0-3 frente a Brasil, Portugal y Costa de Marfil, respectivamente. Sin embargo, como sucede muy a menudo, las autoridades de ese país le dieron un tinte político a un hecho estrictamente deportivo. El régimen del dictador Kim Jong-Il les propició un reto a sus jugadores por “defraudar la confianza del líder”, debido a que no cumplieron con la obligación de llegar a Cuartos de Final como en 1966.
“Los jugadores pagaron por el delito de traicionar la confianza del Querido Líder tras una deshonrosa participación en Sudáfrica”, fue el comunicado oficial. Así de claro. Así de absurdo.Los jugadores (o “pseudodelincuentes”, según la visión del régimen) fueron sometidos al escarnio público, luego de exponerlos en el Palacio de la Cultura Popular de Pyongyang (capital norcoreana) y permanecer de pie durante seis horas mientras eran abucheados por el público. El técnico, Kim Jong Hoon, fue quien se llevó la peor parte ya que además debió cumplir trabajos forzados. Los únicos que no debieron pagar tributo al líder fueron An Yong-hak  y Jong Tae-se. Este último es recordado por llorar en el partido inaugural mientras sonaba el himno de su país. Temiendo por su seguridad y para evitar cualquier tipo de humillación, estos jugadores volaron sin escalas de Sudáfrica a Japón, ya que ambos jugaban en equipos de la liga nipona.
Más allá de algún intento estéril de la FIFA impulsado por los organismos de Derechos Humanos para mejorar la situación de los jugadores norcoreanos, la realidad en el país es, desde hace años, inmutable. Sin lugar para desavenencias, lo acontecido en 2010 es solo el reflejo de una nación que vive en las sombras de la sumisión, y que hace de lo absurdo, la norma.

jueves, 12 de enero de 2017

Metamorfosis mundial


Hace algunos días la FIFA decidió extender,  a partir de 2026, el cupo de participantes de la Copa del Mundo de 32 a 48. Desde el primer Mundial jugado en Uruguay en 1930 hasta estos días existieron cambios de todos los colores y todas las formas de disputa: de 13, 14, 16, 24 y 32 equipos. Con eliminación directa y sin ella. Con invitaciones. Con zonas de 2, 3 o 4 equipos hasta en un mismo torneo. Grupos de todos contra todos y hasta casos de clasificaciones dirimidas bajo el azar de una moneda. Así fue mutando la Copa del Mundo desde sus inicios.

1930. Sede: Uruguay. Cantidad de participantes: 13
Los equipos se dividieron en 3 grupos de 3 equipos y uno de 4. Los mejores de cada grupo pasaban a la semifinal. 

1934. Sede: Italia. Cantidad de participantes: 16
Por la gran demanda de equipos interesados en participar, la FIFA crea un sistema de clasificación previo al Mundial y extiende el cupo del mismo. La novedad estuvo en que no hubo grupos y por primera vez se utilizó el método de eliminación directa. De no resolverse el empate dentro de los 90 minutos reglamentarios y la prórroga de 30 minutos más, al día siguiente debía disputarse un nuevo encuentro hasta que haya un ganador.

1938. Sede: Francia. Cantidad de participantes: 15
El formato de competición fue el mismo que en Italia 1934. Suecia, por no tener rival en Octavos, pasó directo a Cuartos.

1950. Sede: Brasil. Cantidad de participantes: 13
Se dispuso volver al sistema implementado en Uruguay 1930: los 13 participantes se dividieron en 2 grupos de 4, uno de 3 y uno de 2. Por primera vez, se instaló el sistema de liguilla de todos contra todos en la fase final, formada por los ganadores de cada grupo.

1954. Sede: Suiza. Cantidad de participantes: 16
El formato de organización fue algo más parecido a como lo vemos por estos días. 4 zonas de 4 equipos, de los cuales acceden a la fase final los 2 mejores de cada grupo. Sin embargo, no se enfrentaban todos contra todos en el grupo, sino que cada equipo disputaba 2 partidos en la Fase inicial.  Luego, comenzaba la eliminación directa desde Cuartos de Final.

1958. Sede: Suecia. Cantidad de participantes: 16
El Mundial se disputó igual que en Suiza 1954, con la salvedad que se implementó en esta Copa del Mundo, el sistema de todos contra todos en los grupos. Algunos seleccionados disputaron 4 encuentros en la primera fase, ya que en caso de empate en cantidad de puntos, los equipos debían desempatar jugando un nuevo partido.

1974. Sede: Alemania. Cantidad de participantes: 16
Si bien la cantidad de equipos se mantenía, parte del formato cambió a partir de este Mundial. El sistema de disputa en la primera ronda se mantuvo, aunque en la Fase Final ya no se utilizaba la eliminación directa desde Cuartos de Final sino que, a los mejores 8 equipos (2 mejores de cada zona) se los repartía en 2 grupos. Allí, los mejores de cada zona disputaban la final, y los segundos, el tercer y cuarto puesto.

1982. Sede: España. Cantidad de participantes: 24
Se agranda el cupo de 16 a 24 selecciones y con ellos el sistema de disputa. La primera fase se dividía en 6 grupos de 4 selecciones cada uno, de los cuales  los 2 mejores equipos pasaban a la segunda fase. Esta fase estaba compuesta por 4 grupos de 3 equipos, donde el mejor de cada zona pasaba a disputar la semifinal.

1986. Sede: México. Cantidad de participantes: 24
Si bien la cantidad de selecciones se mantuvo, el formato volvió a cambiar. De los 6 grupos de la fase inicial, accedieron los 2 mejores y los 4 mejores terceros de cada zona. Con las 16 selecciones en la fase final, comenzó la fase de eliminación directa.

1990. Sede: Italia. Cantidad de participantes: 24
El formato de competición se mantuvo igual al del ‘86. Sin embargo, el Mundial de Italia tuvo la particularidad de la intervención del azar para definir el pasaje a la segunda ronda: Irlanda y Holanda, que conformaban el grupo F, empataron en igualdad de puntos, goles a favor y en contra, y resultado entre ambos. Por este motivo, la FIFA tuvo que apelar a la moneda para desempatar. El favorecido fue Irlanda.

1998. Sede: Francia. Cantidad de participantes: 32

He aquí el último gran cambio en el formato de disputa de las Copas del Mundo. En Francia ’98 la cantidad de participantes pasó de 24 a 32 tal cual se mantiene hoy en día. El modelo de competición consistió en el diagramado de 8 grupos de 4 equipos cada uno. La segunda fase, se disputó bajó el modelo de eliminación directa.

viernes, 12 de agosto de 2016

El Personaje: Orestes Katorosz

Fue modelo, periodista,  actor, bombero y hasta dirigió la primera de All Boys. Llegó al fútbol de manera poco convencional e implementó una curiosa metodología de entrenamiento basada en terapias alternativas. Su máxima virtud fue su perspicacia para codearse con políticos, artistas y personalidades de Hollywood. Aquí la historia de un personaje tan singular como su nombre.

Pocos son los que lo recuerdan. Algún que otro futbolero de memoria prodigiosa o de raíces blancas y negras. Su paso por All Boys como DT fue tan efímero que no muchos asocien su nombre con una pelota de fútbol. Y quienes lo hagan no será seguramente por sus aportes a la táctica y la estrategia, sino por el personaje que circunda a Orestes Katorosz.
"Casi me levanto a Cindy Crawford" es una tanta de las frases en el haber de Orestes que lo pinta de cuerpo entero. El hombre de los mil empleos fue, entre tantas cosas, corresponsal de guerra, bombero, periodista, locutor, modelo y también director técnico. Pero para comenzar a entender la excentricidad de este personaje, comencemos explicando quién fue Kastorosz antes de su llegada a la dirección técnica de All Boys, allá por el 2000.
Orestes Kastorosz nunca jugó al fútbol de manera profesional.  Su escuálido currículum deportivo solo contaba con algunas participaciones en equipos amateurs y un puñado de pruebas en el Cosmos de Nueva York, en donde tuvo la suerte de compartir prácticas con Frank Beckenbauer. Ya retirado de las canchas, supo ser ayudante del cuerpo técnico de la selección de Australia en las Eliminatorias al Mundial de Estados Unidos 1994.
Su vida extradeportiva, en cambio, abarca un sinfín de anécdotas que lo convirtieron en un personaje singular. Fue periodista  y locutor en la Argentina y el exterior. Llevó a cabo el duro oficio de ser corresponsal en diferentes países de Latinoamérica en época de guerrillas. Fue productor en diferentes programas y hasta modelo publicitario de comerciales en América, Estados Unidos y Europa. En su rol actoral compartió elenco con Rodolfo Ranni, Adrián Suar, Carlos Calvo, Raúl Taibo, Mariano Martínez y Natalia Oreiro. Y como si eso no le alcanzara, Orestes quiso ponerle una pizca más de vertiginosidad a su vida y decidió, entre tras cosas, ser jardinero de famosos e incluso “internarse” en un cuartel de bomberos en Nueva York para experimentar bien de cerca la convivencia con el peligro.
La parte más jugosa del ex técnico de All Boys está en su sagacidad para perseguir artistas y famosos.  Así contaba en una nota publicada en Página 12, en el 2000, su encuentro con Frank Sinatra: “Lo encontré en un teatro y me puse a charlar. El tipo me dio pelota y se armó una conversación interesante. Hablamos más de media hora, nos fuimos del teatro y no sé adónde me quería llevar. Pero yo estaba con mi novia y no la podía dejar. Tuve que saludarlo, chau, chau, y nunca más”. El hombre que entrevistó a Clinton vestido de Cristóbal Colón y autodeclarado amigo de Borges también evocaba, en aquella entrevista, su affaire con Cindy Crawford: “Me presenté como el embajador argentino. Ahí le dije que estaba agradecido de que estuviese en el país y le pedí un beso en nombre del hombre argentino. Después la seguí, la invité a salir y le dejé mensajes en el contestador. Estuve cerca, pero no pude engancharla porque ya tenía un programa hecho”.


Su etapa como técnico de All Boys
Como pocas cosas en su vida, la llegada de Katorosz a la dirección técnica no se dio bajo los carriles normales. Con un currículum futbolero poco plausible para el puesto, un grupo económico vio el negocio más allá del desafío deportivo: desembolsó  40 mil pesos por mes (importante suma en ese entonces) y lo colocó en el conjunto de Floresta. Los inversores apelaron a su perfil alto y su extraña metodología de trabajo, que consistía, entre tantas cosas, en largas jornadas de meditación y alteración en los números de las camisetas para confundir a los rivales en las marcas. Se sabía que si los buenos resultados llegaban, los márgenes de ganancias serían exponenciales. Pero nada de eso ocurrió.
Luego de 8 partidos y de cosechar 12 puntos sobre 24, las duras peleas internas con su propio cuerpo técnico lo alejaron del puesto. Fiel a su estilo, Orestes se fue de la dirección técnica no sin antes disparar contra lo que hasta ese entonces había sido su grupo de trabajo: “Se me reveló mi gente: primero Sánchez -ayudante de campo-, ahora Viana – el preparador físico- me quiere serruchar el piso”.
De naturaleza excéntrica y espíritu aventurero, Orestes Kastorosz fue una de las tantas rarezas que guarda la historia del fútbol argentino en su haber.