Esta noche comienza en Chile la 44ta edición de la Copa América y en Memorias Futboleras repasamos las diez historias más increíbles en casi un siglo de competición continental. Desde un equipo que abandonó el campo de juego por el descontento con un fallo arbitral, hasta un futbolista que pasó de ser espectador a jugador en cuestión de minutos y definió la historia de un partido.
En 1916, se jugó la primera edición de la Copa América, siendo éste el
torneo de selecciones más antiguo del planeta. Por aquel entonces la
competición era llamada Torneo Sudamericano debido a que sólo lo
disputaban los países de dicha región. Recién en 1986, la CONMEBOL decidió que
se dispute con la participación de selecciones de la CONCACAF como invitadas.
Cambiado el formato y la cantidad de participantes, el certamen pasó a llamarse
Copa América.
En el inicio de la competición, reinaba la desorganización. El fútbol
entendido como un espectáculo comenzaba a dar sus primeros pasos y eso se
notaba: jugadores amateurs, reglas poco claras y un desorden notorio, dieron
lugar a un sinfín de irregularidades y hechos insólitos que, casi cien años
después, parecen irrisorias. A continuación recopilamos las diez historias más
destacadas.
1) De la cancha al trabajo. en la copa
jugada en 1917 en Uruguay, la Selección argentina ganó los primeros dos
partidos. El conjunto nacional venció a Brasil por 4 a 2 y a Chile por 1 a 0. Luego de sendas
victorias, los jugadores regresaron a Buenos Aires ya que, al ser jugadores
amateurs, debían volver a sus trabajos. Regresaron a Uruguay para la final que
debían disputar con el local. Con el tiempo que los apremiaba, desembarcaron en
la costa uruguaya poco tiempo antes del comienzo del partido. Al final, los
celestes se alzaron con el trofeo al vencer a los nuestros por 1 a 0.
2) Muerte. La alegría no fue completa para los uruguayos en
aquel Sudamericano de 1917. En el partido que derrotaron 2 a 0 a Chile, el arquero Roberto
Chery sufrió el estrangulamiento de una hernia por evitar un gol. Fue derivado
a un hospital de Río de Janeiro de urgencia pero días más tarde falleció.
3) Retirada Parte I. En 1922, Brasil, que era local,
Uruguay y Paraguay terminaron empatados en puntos en el primer puesto y debían
ir a un triangular de desempate. Sin embargo, final la disputaron solo dos
equipos: Brasil y Paraguay. Los uruguayos, en disconformidad con el arbitraje
en la derrota frente al elenco guaraní, se retiraron del torneo. El campeón fue
Brasil.
4) Retirada Parte II: Por la quinta fecha del
Sudamericano de 1942 en el partido entre Argentina y Chile ocurrió algo
insólito. El árbitro peruano
Enrique Cuenca dio penal a favor para los trasandinos. Minutos después se
rectificó del fallo y otorgó tiro libre fuera del área para el conjunto
argentino, lo que originó las airadas protestas de los jugadores chilenos. A
raíz de esto el presidente de la Federación de Chile decidió retirar a su
equipo del campo de juego. El partido fue dado por ganado a la Selección
nacional.
5) Malas
Relaciones: La
final del Mundial de 1930 fue un verdadero escándalo. Peleas, golpes, aprietes
en el vestuario argentino y amenazas de muerte. Aquel partido, Uruguay dio
vuelta el resultado y le terminó ganando 4 a 2
a una Argentina totalmente amedrentada. Desde allí, las
relaciones entre las asociaciones de fútbol de ambos países se enfriaron de
manera tal que se decidió no disputar ninguna competencia continental en
conjunto. Por eso, desde 1929 hasta 1935 el torneo no se realizó.
6) La
invención de “la chilena”. En
los inicios del Siglo XX llegó a Chile, a los 12 años de edad y proveniente de
España, Ramón Unzaga. Este joven se desempeñó en varios equipos
amateurs de Chile. Además de practicar con la pelota en los pies, era un gran
atleta. Crónicas de la época testifican
que allá por 1914, este jugador, dueño de una elasticidad prodigiosa, era el
mentor de todo tipo de acrobacias en pleno campo de fútbol. Ya con la
nacionalidad chilena en su haber y defendiendo los colores de La roja en el Sudamericano de 1916,
Unzaga asombró a los espectadores y periodistas que estaban al borde del campo
de juego con una particular jugada. Fue así que los medios de la época patentaron
aquella acrobática pirueta como “la chilena”, en clara referencia a la
nacionalidad del ejecutante.
7) De
la tribuna a la cancha. Aquel
Sudamericano de 1916 dejó varias rarezas. A las historias ya contadas hay que
sumarle la de José Laguna. El jugador de Huracán estaba sentado en la tribuna
esperando para ver el partido entre Argentina y Brasil hasta que se le arrimó
un dirigente y le digo “Nos falta uno..
¿querés jugar? Increíble pero real! Así de espontáneo, así de desorganizado
era todo por aquellos años. Claro, ante la ausencia de Alberto Ohaco,
extraordinario delantero de Racing por cuestiones laborales, los dirigentes
recurrieron a la desesperada maniobra de buscar en las tribunas un jugador.
Pero lo grandioso de la historia no termina ahí. Sino que el propio Laguna fue
el autor del empate argentino. El partido terminó 1 a 1 contra Brasil ¡Esta vez,
los de afuera, no fueron de palo!
8) El
partido más largo.
El 29 de mayo de 1919 se jugó el partido más extenso en la historia de la Copa
América. Uruguay y Brasil debían definir, en un desempate, el Sudamericano de
aquel año. Los uruguayos, amo y señores del fútbol de la época y claros
favoritos, no pudieron vencer en los 90 minutos a un férreo Brasil. Por eso se
tuvo que ir al alargue que constó de 30 minutos cada tiempo. Finalmente Arthur
Friedenreich le dio la victoria y el primer título a los brasileños.
9) Técnico
y jugador. Si
volvemos nuevamente el Sudamericano de 1916, podemos descubrir otra historia
bastante particular. En la defensa del conjunto uruguayo jugaba Alfredo Foglio.
El director técnico de los charrúas era un hombre de apellido Foglio. No eran
hermanos, ni primos, ni tenían ningún tipo de parentesco: eran la misma
persona. El propio jugador era el
técnico del equipo y el encargado de llevar adelante el armado del mismo con
tan solo 23 años. Cuentan que rara vez Foglio se sacaba del once titular.
10) Árbitros
parciales. Y
otra vez nos remitimos al Sudamericano de 1916. Un sinfín de rarezas aquel
campeonato. Esta vez lo inverosímil pasó por los jueces. Ante la falta de
árbitros, Carlos Fanta, técnico de Chile, y Sidney Pullen, jugador brasileño, dirigieron algunos
encuentros.
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