martes, 23 de junio de 2015

Cerrado por robo

Debido a la profunda crisis económica, el pasado lunes, el Parma FC dejó de existir. Aquel histórico club que supo estar en la élite del fútbol europeo en los años 90, fue víctima de manejos fraudulentos, vaciamiento institucional y negocios turbios que lo llevaron a la bancarrota. En Memorias Futboleras desandamos el camino de este triste final.





       Entre la cordillera de los Apeninos y la llanura del río Po, se encuentra una pequeña ciudad de 180.000 habitantes conocida en el mundo por dos de sus mayores exponentes: la empresa alimentaria Parmalat y el Parma Fútbol Club. Es domingo 22 de febrero de 2015 y el frío castiga de manera impiadosa al norte de Italia.  Los Tifosi del Parma le ponen el pecho a la gélida mañana y encaran su periplo hasta el Ennio Tardini, su estadio, en donde deberán jugar una nueva fecha del Calcio contra el Udinese. A estos locos no los detienen ni las bajas temperaturas ni el mal momento deportivo/institucional que vive el club. Sueñan con que los tres puntos queden en casa y así empezar a escalar posiciones en una tabla que lo tiene en la última posición.         
          El puñado de hinchas que osaron llegar hasta la cancha nota que algo no anda bien. El estadio vacío y la ausencia de clima de partido hacen presagiar a los Tifosi de lo peor.  Minutos después se enteran que su equipo no saldrá a jugar el encuentro por la grave crisis  económica que vive la institución.  El Parma no puede afrontar ni los costos para abrir su estadio. Así los rostros pintados de azul y amarillo se desdibujan y se tiñen de tristeza, desesperanza y desolación. El aroma a desamparo resulta insoportable y la crisis se vuelve endémica.        
            Desde aquel domingo de febrero comenzó una severa agonía que se prolongó hasta el día de ayer. Una muerte lenta y dolorosa de un club que supo estar en la cima de Europa ganando, en la década del 90,  Copa UEFA, Recopa y Supercopa. La grave crisis económica lo llevó a su desaparición. Los directivos del club, extraordinarios saqueadores, fueron los encargados de cavar la propia tumba del Parma, mientras que la Justicia italiana fue la responsable de sacarle el respirador, considerando su estado irreversible.         
"Chiuso per rapina", "cerrado por robo" en italiano
         Para comprender lo sucedido hay que decir que el conjunto en donde brillaron alguna vez Crespo, Ortega, Verón, entre otros, tenía una deuda de 218 millones de euros que se hacía insalvable. El incremento del pasivo comenzó a gestarse cuando la empresa Parmalat, dueña del club, entró en quiebra debido a un fraude financiero causado por Calisto Tanzi, fundador y presidente compañía, en 2003. Tanzi, también presidente del Parma, fue detenido y acusado de dibujar en sus balances una deuda de 14,3 millones de euros y por el blanqueamiento de dinero en las Islas Caimán, bajo una suma de 3.950 millones de euros.      
      El emporio se vino abajo y el club sintió el cimbronazo de lleno. Las deudas, las sanciones, el malestar en los jugadores y empleados empeoraban día a día. La Justicia italiana, advertida del creciente pasivo, declaró en bancarrota al Parma y autorizó la venta del club a un precio de 20 millones de euros.  En un principio, los candidatos para hacerse cargo del plan de salvataje fueron tres: el empresario Giampietro Manetti, Parma FC SPA de Giuseppe Corrado, y Parma Calcio SPL de Mike Piazza. Los dos últimos se bajaron ya que habían manifestado no poder hacerse cargo de las excesivas deudas que tenía la institución. Así Giampietro Manetti, quedó como único aspirante y, allanado el camino, solo tuvo que poner un euro para comprar al Parma.
       El 6 de febrero de 2015, Manetti asumía la presidencia con un discurso poco congruente con las acciones llevadas a cabo tiempo después. “Vamos a pagar todo. Es nuestro deber respetar los plazos para pagar los impuestos y los sueldos. Vamos a sumar a otras empresas, italianas y extranjeras”, sostenía. Lejos de ser el salvador, cayó en los vicios de sus antecesores. Las deudas con los jugadores no se saldaron, el equipo sufrió la quita de puntos por deficiencias administrativas y económicas y fue prohibido para jugar la Europa League. “Es muy difícil ver al Parma en esta situación. Si el primer equipo está luchando, imaginate nosotros”, decía Hernán Crespo, técnico del plantel juvenil por aquel entonces. Los hechos calamitosos para el Parma se sucedían en un efecto cascada. El 18 de marzo de este año, el dueño del club era detenido por “asociación ilícita, fraude informático y lavado de dinero”.  Los capitales (4,5 millones de euros) que Manetti se procuraba conseguir provenían de una organización criminal. Un día más tarde, el Fiscal y los acreedores pidieron la quiebra del club. “La situación de insolvencia es irreversible”, se murmuraba en el recinto. 

         Con un club en donde los propios jugadores lavaban sus camisetas, los vestuarios no contaban con agua caliente y los micros que transportaban a los futbolistas estaban confiscados, poco quedaba hacer. La Justicia italiana dio de plazo legal hasta el 22 de junio de 2015 a la espera de una oferta de compra que salve a la institución. Nada de eso ocurrió y el Parma deberá refundarse con otro nombre y comenzar a jugar en la Serie D. La historia grande del Parma fue arrebatada con manejos espurios, fraude y deshonra. Serán los hinchas de la ex Parma los encargados de hacer resurgir al club y soñar con volver a ser lo que alguna vez fueron.

Épocas de gloria

El Parma fue fundado el 27 de julio de 1913 bajo el nombre de Verdi Football Club (en honor al famoso músico). Meses después, el nombre cambiaría por siempre a Parma Fútbol Club. El conjunto Parmensi tuvo su época dorada en la década del 90. Por aquellos años contó entre sus filas con jugadores como Hernán Crespo (máximo goleador en la historia del club), Ariel Ortega, Juan Sebastian Verón, Buffon, Cannavaro, Cassano, entre otros. Ganó, a nivel internacional, dos Copa UEFA, la Supercopa y la Recopa de Europa. En el plano doméstico se hizo de tres Copa de Italia y la Supercopa italiana. Lejos en el tiempo quedaron esas proezas noventosas. 

jueves, 11 de junio de 2015

Las 10 anécdotas de la Copa América

Esta noche comienza en Chile la 44ta edición de la Copa América y en Memorias Futboleras repasamos las diez historias más increíbles en casi un siglo de competición continental. Desde un equipo que abandonó el campo de juego por el descontento con un fallo arbitral, hasta un futbolista que pasó de ser espectador a jugador en cuestión de minutos y definió la historia de un partido.




En 1916, se jugó la primera edición de la Copa América, siendo éste el torneo de selecciones más antiguo del planeta. Por aquel entonces la competición era llamada Torneo Sudamericano debido a que sólo lo disputaban los países de dicha región. Recién en 1986, la CONMEBOL decidió que se dispute con la participación de selecciones de la CONCACAF como invitadas. Cambiado el formato y la cantidad de participantes, el certamen pasó a llamarse Copa América.
En el inicio de la competición, reinaba la desorganización. El fútbol entendido como un espectáculo comenzaba a dar sus primeros pasos y eso se notaba: jugadores amateurs, reglas poco claras y un desorden notorio, dieron lugar a un sinfín de irregularidades y hechos insólitos que, casi cien años después, parecen irrisorias. A continuación recopilamos las diez historias más destacadas.

1)    De la cancha al trabajo. en la copa jugada en 1917 en Uruguay, la Selección argentina ganó los primeros dos partidos. El conjunto nacional venció a Brasil por 4 a 2 y a Chile por 1 a 0. Luego de sendas victorias, los jugadores regresaron a Buenos Aires ya que, al ser jugadores amateurs, debían volver a sus trabajos. Regresaron a Uruguay para la final que debían disputar con el local. Con el tiempo que los apremiaba, desembarcaron en la costa uruguaya poco tiempo antes del comienzo del partido. Al final, los celestes se alzaron con el trofeo al vencer a los nuestros por 1 a 0.
2)    Muerte. La alegría no fue completa para los uruguayos en aquel Sudamericano de 1917. En el partido que derrotaron 2 a 0 a Chile, el arquero Roberto Chery sufrió el estrangulamiento de una hernia por evitar un gol. Fue derivado a un hospital de Río de Janeiro de urgencia pero días más tarde falleció.
3)    Retirada Parte I. En 1922, Brasil, que era local, Uruguay y Paraguay terminaron empatados en puntos en el primer puesto y debían ir a un triangular de desempate. Sin embargo, final la disputaron solo dos equipos: Brasil y Paraguay. Los uruguayos, en disconformidad con el arbitraje en la derrota frente al elenco guaraní, se retiraron del torneo. El campeón fue Brasil.
4)    Retirada Parte II: Por la quinta fecha del Sudamericano de 1942 en el partido entre Argentina y Chile ocurrió algo insólito. El árbitro peruano Enrique Cuenca dio penal a favor para los trasandinos. Minutos después se rectificó del fallo y otorgó tiro libre fuera del área para el conjunto argentino, lo que originó las airadas protestas de los jugadores chilenos. A raíz de esto el presidente de la Federación de Chile decidió retirar a su equipo del campo de juego. El partido fue dado por ganado a la Selección nacional.
5)    Malas Relaciones: La final del Mundial de 1930 fue un verdadero escándalo. Peleas, golpes, aprietes en el vestuario argentino y amenazas de muerte. Aquel partido, Uruguay dio vuelta el resultado y le terminó ganando 4 a 2 a una Argentina totalmente amedrentada. Desde allí, las relaciones entre las asociaciones de fútbol de ambos países se enfriaron de manera tal que se decidió no disputar ninguna competencia continental en conjunto. Por eso, desde 1929 hasta 1935 el torneo no se realizó.  
6)    La invención de “la chilena”. En los inicios del Siglo XX llegó a Chile, a los 12 años de edad y proveniente de España, Ramón Unzaga. Este joven se desempeñó en varios equipos amateurs de Chile. Además de practicar con la pelota en los pies, era un gran atleta.  Crónicas de la época testifican que allá por 1914, este jugador, dueño de una elasticidad prodigiosa, era el mentor de todo tipo de acrobacias en pleno campo de fútbol. Ya con la nacionalidad chilena en su haber y defendiendo los colores de La roja en el Sudamericano de 1916, Unzaga asombró a los espectadores y periodistas que estaban al borde del campo de juego con una particular jugada. Fue así que los medios de la época patentaron aquella acrobática pirueta como “la chilena”, en clara referencia a la nacionalidad del ejecutante.
7)    De la tribuna a la cancha. Aquel Sudamericano de 1916 dejó varias rarezas. A las historias ya contadas hay que sumarle la de José Laguna. El jugador de Huracán estaba sentado en la tribuna esperando para ver el partido entre Argentina y Brasil hasta que se le arrimó un dirigente y le digo “Nos falta uno.. ¿querés jugar? Increíble pero real! Así de espontáneo, así de desorganizado era todo por aquellos años. Claro, ante la ausencia de Alberto Ohaco, extraordinario delantero de Racing por cuestiones laborales, los dirigentes recurrieron a la desesperada maniobra de buscar en las tribunas un jugador. Pero lo grandioso de la historia no termina ahí. Sino que el propio Laguna fue el autor del empate argentino. El partido terminó 1 a 1 contra Brasil ¡Esta vez, los de afuera, no fueron de palo!
8)    El partido más largo. El 29 de mayo de 1919 se jugó el partido más extenso en la historia de la Copa América. Uruguay y Brasil debían definir, en un desempate, el Sudamericano de aquel año. Los uruguayos, amo y señores del fútbol de la época y claros favoritos, no pudieron vencer en los 90 minutos a un férreo Brasil. Por eso se tuvo que ir al alargue que constó de 30 minutos cada tiempo. Finalmente Arthur Friedenreich le dio la victoria y el primer título a los brasileños. 
9)    Técnico y jugador. Si volvemos nuevamente el Sudamericano de 1916, podemos descubrir otra historia bastante particular. En la defensa del conjunto uruguayo jugaba Alfredo Foglio. El director técnico de los charrúas era un hombre de apellido Foglio. No eran hermanos, ni primos, ni tenían ningún tipo de parentesco: eran la misma persona.  El propio jugador era el técnico del equipo y el encargado de llevar adelante el armado del mismo con tan solo 23 años. Cuentan que rara vez Foglio se sacaba del once titular.

10) Árbitros parciales. Y otra vez nos remitimos al Sudamericano de 1916. Un sinfín de rarezas aquel campeonato. Esta vez lo inverosímil pasó por los jueces. Ante la falta de árbitros, Carlos Fanta, técnico de Chile, y Sidney Pullen, jugador brasileño, dirigieron algunos encuentros.